Índice
- La compañía de las liendres
- Nuestra madre
- Enjambre
- Ojo de gallina
- La cara que pintó el diablo
- Entrevistas con un radio
- Los puercos no tienen uñas
- Los asesinatos de octubre
La compañía de las liendres me parece un libro interesante. Tal vez haya aquí algo de transición en cómo escribo o cómo quiero escribir. Durante las fechas en que escribí este libro (como del 2010 al 2015) empecé a leer a Carver, a Oe y a Jelinek. Ya tenía una idea de cuáles serían mis aproximaciones a escribir: lenguaje duro y poco sustantivado, con las menos metáforas posibles, que la situación hablara por sí misma y que esa fuera su fuerza poética.
Decidí aquí que lo que quería no era jugar con el lenguaje, sino con las imágenes y las tramas. Por tanto, busqué imágenes shockeantes, gore, sórdidas. Este libro, según, habla de horror corporal, ese que Cronenberg (padre e hijo) conoce muy bien.
El libro empieza con un cuento homónimo, “La compañía de las liendres”, que es un tipo de plagio a “Nacido de hombre y mujer“, de Matheson. Acá lo único que puedo decir es que no sabía que existía ese cuento hasta haber terminado yo el mío. Pero seguro lo leí y se me quedó en la parte de atrás de la cabeza.
Además, creo que tiene textos experimentales en cuanto a la trama. En algunos, “Entrevistas con un radio“, tal vez la propia materialidad de la historia los requería. En otros, como “Los asesinatos de octubre”, no se justifica tanto (como nota, este fue un sueño que tuve en una época donde soñaba mucho y muy chido).
El shock visual de muchos de estos cuentos puede ser un punto a su favor, pero a la distancia me pregunto si ese valor se sostiene en el tiempo.